top of page

SEMANA SANTA

UN NUEVO JARDÍN 

DOMINGO DE RESURRECIÓN

por Pr Nico Burgos

Una pequeña nota...

Si llegaste hasta aquí,

quiero que sepas algo:

no solo leíste un devocional.

Caminaste un camino sagrado.

 

Pasaste por la cruz,

esperaste en el silencio,

y ahora te encuentras ante una tumba vacía.

 

Estos tres días no son una historia lejana.

Son la forma en que Dios quiere enseñarte a vivir:

rendido, confiado, resucitado.

 

Quizás lloraste.

Quizás recordaste heridas.

Quizás fuiste tocado por una voz que, como a María,

te llamó por tu nombre.

Y si no sentiste nada, aún así… Él estuvo contigo.

 

Mi oración es que no olvides lo que Jesús ha hecho.

Y más aún: que no olvides quién eres ahora por lo que Él hizo.

 

No regreses a la vida como si nada hubiera pasado.

Vuelve con más ternura, más fe, más fuego.

Porque la cruz te salvó,

el silencio te formó,

y la resurrección te envió.

 

Ahora, camina como alguien que ha visto al Resucitado.

 

Ahora… disfruta el último día: LA RESURRECCIÓN.

 

—Con amor y respeto,

NB

El sol se levanta sobre el jardín.

La piedra no está.

Las lágrimas aún caen…

pero ya no son de duelo,

sino de encuentro.

El sepulcro quedó vacío,

pero el corazón se llenó.

La muerte fue vencida en silencio,

y la vida empezó a hablar…

llamándonos por nuestro nombre.

El domingo no es el cierre de la historia, es su nuevo inicio.

 

Cristo no simplemente revivió. Cristo resucitó: atravesó la muerte, la desarmó desde dentro, y salió con un cuerpo glorificado que aún lleva las marcas del sufrimiento.
Y esa es la señal eterna: las heridas ya no sangran, pero aún se ven. Porque la redención no borra el dolor, lo transforma.

​

Juan 20 nos muestra que el momento culminante de la resurrección no ocurre en una plaza, ni en el templo, ni ante una multitud. Ocurre en un jardín.

 

Y no ante un grupo de líderes.

Sino ante una mujer quebrada, confundida, llorando.

El cielo entero esperó que una mujer rota escuchara su nombre para anunciar que la vida había vencido.

 

“María…”

Y en ese instante, el mundo volvió a tener sentido.

 

Dios no resucita con espectáculo.

Resucita con ternura.

Porque el Reino no comienza con truenos… sino con una voz que te llama por tu nombre.

 

La piedra fue removida no para que Jesús saliera… sino para que tú entres, y veas.

Y creas.

Y salgas a vivir como alguien que ya no está gobernado por la muerte.

 

La resurrección es el corazón del cristianismo.

Pablo lo dice con claridad:

 

“Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.”
 1 Corintios 15:14

 

Sin resurrección, Jesús fue solo un mártir admirable.

Pero con resurrección, es Rey, Salvador, Señor, Vivo, Presente, Poderoso.

 

Y no resucitó solo para sí mismo.

Resucitó como primicia (1 Corintios 15:20):

El primero de una nueva humanidad, una nueva creación, un nuevo mundo.

 

“Fuimos sepultados con Él en la muerte… para que así como Él resucitó, también nosotros vivamos una vida nueva.”
Romanos 6:4

 

La resurrección no es solo una doctrina futura (vida después de la muerte).

Es una realidad presente: vida antes de la muerte.

Vivir como resucitado es vivir ya no desde el miedo, la culpa o la necesidad de probar tu valor, sino desde la certeza de que el amor ha vencido.

​

La vida eterna no comienza cuando mueres. Comienza cuando confías en Jesús.

 

 LA RESURRECCIÓN ES UNA FORMA DE EXISTIR

 

Jesús no solo venció la muerte.

Transformó la vida.

 

La resurrección te permite:

    •    pensar con esperanza

    •    perdonar con libertad

    •    servir sin ansiedad

    •    adorar sin miedo

    •    descansar sin culpa

 

Richard F:

“El alma que ha pasado por la cruz y ha resucitado con Cristo es libre. Ya no tiene nada que demostrar. Solo amar.”

 

Resucitar con Cristo es tener la valentía  de vivir sin que el fracaso tenga la última palabra.

​

Reflexión 

Una pequeña examinación 

¿Estás viviendo como si la resurrección ya ocurrió… o como si aún estás en la tumba?

 

¿Puedes escuchar hoy a Jesús llamando tu nombre, aún en medio del dolor o la confusión?

 

¿Qué parte de tu historia necesitas que sea resucitada por el poder de Cristo?

 

¿Qué hábitos, heridas o temores necesitan quedarse en el sepulcro?

    

¿A quién necesitas anunciarle hoy que “la muerte fue vencida”?

Práctica del día 
“Volver a la vida”

Encuentra un lugar tranquilo. Puede ser tu habitación, una silla, o un rincón en el que puedas respirar profundo.

 

Cierra los ojos por un momento.

Imagina a Jesús llamando a María por su nombre en el jardín.

Ahora, imagina que dice tu nombre… suave, firme, amoroso.

 

Tómate unos minutos para escribir, meditar o lo que tu prefieras:

 

¿Cómo me siento al saber que Jesús me conoce y me llama por mi nombre?

    

¿Qué parte de mí necesita volver a la vida hoy?

 

Haz una oración simple, como esta (puedes adaptarla):

“Jesús, tú me llamaste.

Quiero vivir hoy como alguien a quien la muerte ya no domina.

Que tu voz sea más fuerte que mi pasado, mi culpa o mi miedo.

Gracias por buscarme incluso cuando no te reconocía.

Estoy vivo porque tú vives.”

Domingo de resurrección

El día en que la piedra fue removida.

El día en que la muerte perdió su voz.

El día en que una voz susurró un nombre… y todo volvió a la vida.

El día en que el jardín floreció con esperanza.

El día en que el amor venció.

Gracias, mi Jesús.

Redentor precioso,Cordero inmolado.Esperanza para los sin esperanza, quien levanta la vergüenza. Amigo del pecador, gracia para mi alma. La muerte fue vencida, mi pecado, borrado.

 

Aplastado por el peso del mundo que viniste a salvar, ocupaste mi lugar. Tu sangre fluyó como ríos sobre la tierra.Entregaste tu espíritu con un clamor santo,dando tu vida:“Oh, Eloí, Eloí, ¿lama sabactani?”Oh, mi Jesucristo.

 

Y lo que me asombra esque lo harías todo otra vez.

​

Hillsong united - blown away 
Joel Houston, Matt Crocker y Aodhan King . 

bottom of page