
ESCUCHA
SEMANA SANTA
SÁBADO EN SILENCIO
CUANDO DIOS
NO SE
por Pr Nico Burgos
Tres Días...
Tres días que cambiaron la historia.
Tres días que revelan el corazón de Dios.
Tres días que rehacen el alma humana.
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Este devocional es una invitación a caminar con Jesús por el camino más sagrado de la historia.
Desde la cruz, pasando por el silencio de la tumba, hasta la esperanza absoluta del jardín vacío.
No solo recordaremos lo que Jesús vivió, sino que nos uniremos a Él en cada paso:
en su dolor, en su espera, en su resurrección.
La cruz ya está vacía.
Pero la tumba supone estar llena.
El cielo gris no habla.

Dios no se escucha.
El dolor se respira,
y la esperanza… se esconde en lo profundo.
Sábado.
El día que no se predica.
El día entre la herida y la sanidad. Entre la muerte… y la vida.
Para los discípulos, probablemente este fue el día más largo de sus vidas.
Jesús está muerto. Las promesas parecen derrotadas. El Maestro está en la tumba.
No hay milagros. No hay palabra. No hay presencia.
Este es el día que representa las muchas temporadas de nuestra vida donde no sentimos a Dios. Donde no hay dirección, ni consuelo.
Donde la fe no se prueba en la acción sino en la espera.
Lamentaciones 3:26 lo dice claro y fuerte:
“Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR.”
Los Padres de la Iglesia llamaban a este día “la gran vigilia”. Un tiempo de descenso, no solo al sepulcro, sino al infierno mismo.
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados…”
1 Pedro 3:18-19
¿Sabes qué significa eso?
Que incluso cuando no lo vemos ni lo sentimos, Dios está obrando en lo invisible, en los lugares más oscuros.
La tumba parece sellada, pero el Reino no se detiene.
Como dice Richard.F
“El silencio no es vacío. Es la presencia de Dios que se manifiesta sin palabras.”
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Dios está más presente en el silencio de lo que estamos preparados para soportar.
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Y por eso, el sábado es un día incómodo.
Porque en el ruido, podemos distraernos.
Pero en el silencio… no queda otra que mirar hacia dentro.
Allí, en ese espacio sagrado donde no hay milagros ni respuestas, el Espíritu comienza su obra más delicada:
purificar las intenciones, derrumbar los ídolos escondidos, revelar la fe verdadera que no depende de emociones, sino de convicción.
Es en el sábado donde entendemos que la fe no siempre se siente. A veces solo resiste.
Que la esperanza no siempre canta. A veces solo susurra.
Y que Dios, incluso cuando no se deja ver, está más cerca de lo que creemos.
La espera no es pasividad; es un acto de confianza radical. Es orar sin evidencia, amar sin respuesta, creer sin pruebas.
Dallas.W decía:
Uno de los principales frutos del discipulado maduro es aprender a estar bien incluso cuando no hay explicación. Esto es muy dificl, sobre todo en nuestra actualidad.
Este día nos forma.
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Porque cuando Dios guarda silencio, ¿seguirás creyendo que Él es bueno?
Reflexión
Una pequeña examinación
¿Qué parte de tu vida parece estar en sábado?
¿Qué estás esperando que Dios haga y parece que no pasa nada?
¿Has identificado alguna vez que en el silencio de Dios, Él te estaba preparando?
¿Te atreves a quedarte en la oscuridad sin pensar una salida rápida, solo porque confías en que Él está allí?
Práctica del día
“Habitar en el no saber”
Encuentra un espacio silencioso.
En una hoja, escribe tres cosas que estás esperando, orando o preguntando… y aún no han sido respondidas.
Al lado de cada una, escribe con mucha fe:
“Aquí también, estás obrando.”
Al final, ora en voz baja:
“Dios de la tumba, aún sin verte, espero en Ti.”
Sábado en silencio
“El silencio de Dios no es abandono. Es la madurez de una relación donde la presencia no depende de las palabras.”
Gracias, mi Jesús.
Por lo tanto, es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del Señor.
Lamentaciones 3:26